Nisan 1, 2022

Amores de barra

ile admin

Amores de barra
Veo caer lluvia por la pequeña ventana del servicio para minusvalidos e inevitablemente pienso en como su coño acaba de chorrear por mis piernas. Ya no estoy seguro si se llama Marta o Maria, es mas, ni si quiera estoy seguro de si me dijo su nombre. Supongo que dos whiskies despues y con mi semen rebosando su boca, eso es ya lo de menos…

Era tarde y la lluvia caia cada vez mas fuerte, decidi parar en el area de servicio donde siempre lo hacia cuando ibamos con los niños a la playa. Ahora voy solo y ellos ya no son niños, estan en otro pais buscandose la vida. Ella tampoco es mia y ahora se la chupa a su entrenador de fitness, el mismo que curiosamente ya la entrenaba durante nuestro matrimonio. Tan solo espero que al menos no le haya dado mi albornoz.

El caso es que aqui estoy y recordaba este area de servicio siempre muy animado.

Cruce la puerta con el maldito traje de Armani ya empapado, al levantar la cabeza me di cuenta de que la autopista que habian construido no muy lejos y el que fueran las tres y media de la mañana de un aburrido octubre habia hecho que “animado” se tradujera en una familia dirigiendose a vete tu a saber donde y apurando cafe, un camarero distraido en sus pensamientos y una mujer rubia leyendo el Hola sin mucho interes. Fieston.

De un rapido vistazo al expositor deseche la idea de pedir algo para comer, asi que llame al camarero y le pedi un Jack Daniels con hielo. Todavia me quedaba un buen trecho por recorrer, pero la lluvia y el recuerdo de la zorra de mi ex me habian puesto nervioso.
Me puse a ojear el Interviu de este mes. El paquete de tabaco que llevaba en la americana me apretaba contra el pecho asi que lo pose sobre la barra. Nada mas ver las bonitas tetas de la chica en portada me di cuenta de que no solo hacia mas de dos meses que no echaba un polvo, es que ni me acordaba cuando fue la ultima vez que pude mordisquear unas tetas asi. No pude evitar una amplia sonrisa y una carcajada ahogada. O quiza no tan ahogada como yo pense. Levante los ojos y vi que a pesar de estar a unos cuantos taburetes de distancia mi gesto no habia pasado desapercibido para la mujer solitaria, la cual se habia aburrido ya de la revista y me miraba con una curiosidad relajada. Me sonrio. Los 2 segundos que tarde en sonrojarme y volver los ojos a las tetas de la revista habian sido suficientes para apreciar que era atractiva, rozaba los cuarenta, y si bien su color rubio era de tinte, esa mirada que me clavo no hay manera artificial de conseguirla, hay que haber viajado, amado y sufrido para tenerla.

Ella se levanto. Su gabardina colgaba en la silla y la rubia caminaba lenta y calculadamente hacia la maquina de tabaco que se encontraba detras mio. LLevaba unos tacones altos que sonaban a gloria y un vestido blanco apretado que dejaba intuir la ausencia de sujetador unas curvas generosas y muy bien puestas para la edad que la suponia.
Al llegar a la maquina presiono un boton y se quejo de manera dulce de que no quedaba Marlboro Light.
Me gire y no pude evitar clavar mis ojos en su cadera y en como ese vestido dejaba que se dibujara un tanga rojo oscuro de encaje. Como a mi me gustan. En ese momento no me di cuenta, pero algo se movia ya entre mis piernas.
– Yo tengo, y encantado que te invito a uno.- La dije
– Pues encantada que lo acepto, siempre y cuando no tenga que fumarlo sola.- Contesto girandose y de sonriendo.
Pedi otro Jack Daniels y lo que quisiese la señorita, que resulto ser un gin tonic sin florituras. Como a mi me gustan.

Salimos fuera y mientras diluviaba me conto que se llamaba Marina y estaba haciendo un largo viaje al sur para resolver una herencia de un tio abuelo suyo al que apenas habia conocido pero que a falta de familia le habia dejado sus bienes a ella. Trabajaba en no se que historia de finanzas y estaba harta de la gran ciudad, decia que trabajaba demasiado y tenia poco tiempo y energias para divertirse. Casi tan aburrido como esto de las herencias, me dijo.
Le saque un par de carcajadas contandole historias de mi vieja etapa universitaria en la gran ciudad.
Omitiendo eso si, las orgias que nos corriamos y las aventuras en busca de los limites de nuestra sexualidad. Aunque quiza mi mirada de nostalgia me delatara. De aquellas si que teniamos energias y sacabamos el tiempo de donde fuera para divertirnos.
Ella no dejaba de sonreir y mirarme a los ojos con un brillo solo al alcance de unas pocas.

En esas estabamos cuando un autobus aparco delante de la puerta y comenzo a escupir por la puerta un monton de Japoneses adormecidos y con cara de hambrientos.

Mala suerte, pero nuestro momento y nuestro cigarro se terminaba. La desee lo mejor y nos regalamos dos besos suaves mas proximos a la comisura de los labios que a la mejilla. Su perfume dulce y afrutado con rastros de ginebra me transporto a un lugar soleado y lejos de esa lluvia.

Los turistas no paraban de entrar y de repartirse por todo el establecimiento. Apure el fondo de mi Jack y decidi lavarme un poco la cara antes de volver a la carretera.
El lavabo de hombres estaba ocupado y un padre nipon con sus tres chavales hacia cola para entrar, asi que decidi usar el de minusvalidos a pesar de su mirada de desaprobacion. Cuando me estaba secando la cara tres golpes suaves sonaron en la puerta.

– Ocupado. Ahora salgo.
– Bueno… Y que tal si abres y te quedas dentro?

Yo conocia esa voz. Acababa de deleitarme con ella mientras compartia un cigarro.

Abri la puerta y alli estaba la rubia gabardina y bolso en mano, mirandome mientras se pellizacaba el labio.
No dijo nada mas, se metio dentro y cerro a puerta con pestillo.

– Solo fumo en nochevieja y comprar tabaco era la ultima de mis intenciones cuando entre a este bar. Tienes clase, conversacion y parece que naciste para llevar traje. Ahora bien, no se si estas casado, es mas, ni si quiera se si te gustan las mujeres, pero hoy tengo ganas de que me follen y el destino me dice que vas a ser tu.

Mire profundamente a sus ojos de gata y no vi mas que deseo y fantasias que quieren ver la luz.
Esta vez si, note como la polla se me ponia dura a un ritmo de vertigo. Fue como si me hubiese bebido un barril de gasolina y me acabaran de acercar una cerilla a los pies.

– No es que sea supersticioso, pero jamas le llevaria la contaria al destino. –
Sin decir mas la empuje suavemente contra la pared de azulejo blanco y ella abrio la boca para recibir un beso humedo.
Eso no era una boca, era un paraiso terrenal.
Bajo sus manos hacia mi polla mientras yo la besaba el cuello cada vez mas firmemente a la vez que ella empezaba a gemir.
Subi su vestido hasta la cadera y me entretuve jugando con los hilos de su lenceria cara mientras nos ibamos calentando mas y mas. Ella ya habia sacado mi polla del pantalon para evitar que explotase y la acariciaba con suavidad y decision.
Pase mis dedos por su entrepierna y note el encaje de su tanga completamente empapado ya.
No pude resistir mas y de un fuerte y preciso movimiento saque su vestido por la parte de arriba. Ella sonreia porque le gustaba y yo sonreia porque todavia la iba a gustar mucho mas.

Ahora fue ella la que me agarro y se giro para ponerme a mi contra la pared. Como una actriz que disfruta de su papel. Empezo a lamerme el cuello mientras me desabrochaba la camisa, y poco a poco fue bajando con su lengua por mi vientre hasta quedarse en cuclillas sobre sus tacones. Mi miembro era una olla a presion. Ella rodeo la base con su mano y mientras empujaba mis pelotas hacia atras empezo a darle golpecitos en la punta con su lengua. Cada vez mas fuerte. Y mas. Y mas. Entonces empezo a comerme la polla con una voracidad propia un a****l hambriento, pero manteniendo delicadeza y sensualidad. Dificil de explicar. Como si hubera nacido para hacer eso.
Apenas un par de minutos despues me di cuenta demasiado tarde de lo cachondo que estaba, y a pesar de sacarla de su boca, grite y me corri como un a****l por la pared del baño.

Me temblaban las piernas. Oia las voces de los japoneses pero en mi cabeza solo resonaba la mia pidiendome mas. Y mas.

Agarre su barbilla y la levante firmemente. -Espero que te guste el rock and roll- dije.
Y aunque ella abrio la boca, yo no deje tiempo a contestar. La gire contra el lavabo y mientras con una mano apartaba su tanga a un lado con la otra buscaba y acariciaba su clitoris. Estaba empapada.
Clave mi polla con decision y ella gimio con ganas, desde dentro. Yo empujaba como un potro y veia por el espejo como sus ojos se ponian en blanco. Cada vez empujaba mas profundo y ella parecia volar, notaba como su coño era una piscina hirviendo.

Derrepente se aparto hacia delante con un grito agudo y expulsando mi polla fuera, note como sus caderas empezaban a temblar y mis piernas se empapaban de sus fluidos. La agarre por el cuello y la atraje hacia mi cara de modo que los dos nos quedamos de frente al espejo, volvi entonces con mi mano a tocar su clitoris, esta vez mas salvajemente y la mordisqueaba el lobulo de la oreja mientras le susurraba lo cachonda y mojada que era. Parecia que sus ojos se iban a salir de orbita. Y entonces volvio a explotar y se corrio por todo el lavabo, se quedo como inerte flotando en una nube de relajacion, vacia de fuerzas, como si fuese el ultimo orgasmo que se le hubiese permitido tener a la humanidad.

Lentamente se giro y con la cara desencajada de felicidad me dio un beso sucio, humedo, y agresivo. Se paso la mano por su chochito empapado y se metio los dedos bien adentro para luego sacarlos y atraerlos hacia mi boca. Los lami como se lame un helado en un dia de agosto al sol.
Con la mano libre ella estrujaba mi polla, que era fuego puro. Se puso de rodillas, se metio mi miembro en la boca hasta el final y levanto sus ojos de gata. Me esforce en guardar ese momento en mi memoria para siempre y entonces lo solte todo. Mi polla se estremecia y llenaba su boca de semen caliente que ella tragaba. Yo me derretia contra la pared. Cuando deje de escupir leche, me volvio a mirar aun con el miembro en la boca, me apreto apreto por la base de los genitales hacia atras y me succiono la polla fuertemente. Todavia se llevo otro buen chorro de leche.

La mire y me deje caer por la pared hasta estar a su altura, que menos.
– Creo que deberia fumar mas a menudo- me dijo con una sonrisa y gotas de semen por la barbilla.

Mire por la ventana la lluvia caer. – Vamos, te invito al de esta nochevieja.-

© samusam1

Se que es larga, pero espero que la hayais disfrutado y os hayais puesto tan cachondos como yo escribiendola. Deja un comentario si te ha gustado!