Haziran 27, 2023

Crousing accidental en el baño

ile admin

Crousing accidental en el baño
Era una tarde de domingo veraniega, de ésas que aprovecha todo el mundo para ir a la playa y combatir el sofocante calor de la canícula. Ésa tarde no tenía plan con nadie y me tocó quedarme en casa. Lo que se presagiaba como una aburrida tarde de verano, acabó convirtiéndose en una puta locura sexual jamás imaginada en mis fantasías eróticas.
Todo comenzó sobre las seis de la tarde. Acababa de levantarme de una buena siesta y no sabía bien qué hacer.

Durante la mañana había estado con el ordenador viendo mis redes y lo que me pedía el cuerpo era salir. Así que decidí acercarme a un centro comercial para estar fresquito y tomar algo. Me enfundé mis vaqueros, me puse uno de los muchos polos que guardo en mi armario, y mis zapatillas de siempre. A pesar del calor de justicia que pegaba en la calle a esa hora, decidí ir andando a la parada del metro, y de ahí al centro comercial.

Nada más llegar, decidí acercarme al aseo para orinar y refrescarme un poco. Durante el trayecto me di cuenta que era un día diferente. Casi todo estaba cerrado y el bullicio de la gente era inexistente. Por fin llegué al baño, solitario como todo el centro, y procedí dirigirme al urinario. Mientras me acercaba a él, observe que había dos hombres orinando, así que, como de costumbre, no presté atención. Sin embargo, mientras cogía mi polla para orinar, algo me pareció extraño en ellos y comencé a preguntarme qué hacían los dos tan juntos. Fue inevitable echar una mirada de reojo y entonces fue cuando me di cuenta que uno de ellos cogía la tremenda polla del otro. Me quedé paralizado. No sabía cómo reaccionar y el morbo me impidió apartar la vista. ¡Se la estaba meneando ahí! ¡En un baño público y a la vista de todos! El que meneaba la polla, me miró y me invitó a unirme.

– ¿Te gusta cómo se la sacudo? No te asustes. Acércate aquí y te la sacudo a ti.

En ese momento tenía que tomar una decisión rápida, o salir por patas de ahí o unirme a su erótica proposición. Antes de que mi mente pudiera procesar los pros y contras, sentí como mi polla se ponía dura como una piedra, y sin oponer resistencia di un par de pasos hacia ellos hasta que sentí su tremenda mano apretando mi verga.

– ¡Fenomenal! Dos pollas en mi mano. A ver cuál de ellas se corre antes.

Comenzó a menearlas con gran celeridad mientras que mi mano tímidamente tocaba sus huevos. Su polla comenzó a crecer y ponerse como una tranca y la mía estaba apunto de explotar. De repente paró en seco. Me miró y me dijo:

– No pensarás correrte antes de mamártela, ¿vedad? Venid aquí.

Soltó nuestras pollas erectas y se dirigió a un baño cerrado que había tras nosotros. Nos metimos ahí los tres, un poco apretados, pero con movilidad suficiente para seguir con nuestra fiestas. Nuestro ‘amo’ me ordenó colocarme en la pared junto al váter, mientras que al otro chico le ordenó subirse a él, dejando su polla a la altura de mi boca.

– ¿Te apetece un poco de polla? – susurró a mi oído nuestro amo.

Sin mediar más palabra cogí aquella polla y comencé a chuparla abrazando su glande con mi lengua que revoleteaba lujuriosa buscando el máximo placer. El chico se excitaba en cada movimiento de mi lengua por su polla erecta.

Sentía como movía su pene suavemente hacia dentro y fuera en cada chupada de mi lengua. Le gustaba, le estaba poniendo a cien y comencé a sentirlo en mi boca cuando soltó un poquito de su leche. Estaba a punto de explotar y yo tenía el control de su placer en mi puta boca.

De repente sentí como mi polla se humedecía en la boca de nuestro amo. Estaba tan concentrado en mi mamada que no me di cuenta que también me la estaban mamando con muchísimo placer. Comenzó a menearla mientras me la succionaba y mis piernas empezaron a temblar de placer, mientras mi boca seguía el ritmo frenético de la polla del otro chico que ahora agarraba mi cabeza para asegurarse una buena corrida en mi boca. Le miré y sacó su polla para que contemplara su erección. Me golpeó con ella en toda mi cara y me escupió para restregarme su saliva con su polla y proseguir su endiablado ritmo hacia el orgasmo.

Por debajo, nuestro amo estaba haciéndome un trabajo excelente. Estaba extasiado de placer viviendo una escena erótica que jamás imaginaría. Afuera se oía como los clientes entraban y salían, lo que le daba más morbo a la situación. De repente sentí como mi boca se llenaba de semen. El otro chico acababa de vaciar su polla con una tremenda corrida. Le agarré del culo y apreté hacia mi cara para que no sacara su polla y pudiera acariciarla una vez más con mi lengua. Pero el placer que le producía la hacía contornearse y moverse sin control hasta que consiguió sacarla chorreando de semen y saliva.

La imagen me excito sobremanera y fue el detonante para correrme en la boca de nuestro ‘amo’. No pude aguantar la embestida de placer y caí muerto de gusto sobre el suelo dando espasmos al ritmo que marcaba mi polla. Ahí me quedé tumbado mientras nuestro ‘amo’, se elevaba y se dirigía al otro chico para morrearlo con mi semen.
De repente alguien golpeó la puerta intensamente. Miré hacia afuera y pude distinguir las botas de un guardia de seguridad.

– ¡Salgan de ahí inmediatamente!

La vergüenza se apoderó de mí, y sin pensarlo, me tragué el semen que aún tenía en mi boca y me arrastré al baño continuo por el suelo, dejando a los otros chicos con su boca llena de mi semen. Ahí permanecí inmóvil, esperando que nadie se diera cuenta. Mientras tanto el guarda seguía golpeando la puerta hasta que uno de ellos abrió y salieron como si nada.

– No os da vergüenza, ¡maricones! ¡Salid de aquí y que no os vea jamás!

Y así desaparecieron aquel chico, el ‘amo’, el guardia y mi primera experiencia cruising.