Eylül 30, 2024

LA CÁRCEL.

ile admin

LA CÁRCEL.
Por circustancias de la vida, por portarse una mal, un día la nena tuvo que poner sus sucias bragas en la cárcel, trullo, trena o como coño os guste decir.Así que una mañana, después una larga noche de calabozos y antecedentes varios, la nena ingresó alli, asustada, pues nunca había pasado a aquel sitio.Era una celda normal, de unos 2×3 metros, pintada color beige y con su vntana de aluminio y sus barrotes afuera bien gorditos. Una litera y un pequeño escritorio de color verde con una silla, que recordaba a los del colegio.A mi me asignaron la cama de abajo, pero no dormía nadie más en esa habitación.En mi primer patio, a las 11 de mañana, fuí acompañada por un funcionario gordo y feo, que siempre llevaba una porra en el cinto.

Pude ver la reacción de los presos en el patio al verme, de reojo, pero disimulaban su sorpresa por el funcionario que estaba a mi lado. Aún así, los cuchicheos llegaban a mis oídos y algunos con unas caras que asustaban a cualquiera, por muy curtida que estés.En el comedor, lo mismo, los campañeros hablaban entre sí, pero yo iba con el funcionario en una mesa apartada.A pesar de ser una cárcel, todo parecía muy normal allí, una vida común y rutiniaria, sin sobresaltos. nada más lejos de la realidad, como veremos después.Las únicas palabras que me dedicó el funcionario una tarde que salíamos del comedor,me dejaron extrañada y algo asustada:-Vaya nena, parece que ya tiene dueño la maricona jajaja, dijo con sorna y una risa sarcástica.

Pasaron tres días sin que nada extraño sucediese, pues el funcionario siempre me acompañaba, incluso al baño, aunque el vigilaba en la puerta. Me preguntaba qué pasaría cuando esto no fuera así.Era por la tarde, ya anochecido pues era pleno invierno, cuando, sola en la celda tuve que salir al baño, al fondo del corredor a la derecha. Para ello, había que llamar al funcionario que abriese y me acompañase.Entre en el baño, el de arriba era un recinto más o menos grande con muchos urinarios de pared para caballero al fondo y varias puertas individuales con su taza, para “aguas mayores”.Yo siempre me metía en las puertas, pues estaba acostumbrada a hacer piss sentada.

Según entraba, y al ir a cerrar la puerta, una fuerza descomunal me agarró por la espalda. Me di la vuelta. Era un tío enorme, grande y fuerte, rapado y con cara de mala bestia, la tez oscura y varias cicatrices en la cara, una profunda que le atravesaba desde el pómulo derecho hasta la parte superior del labio. Estaba temblando cuando me sentó en la taza del wc.

-Hola puta, ¿no me conoces aún? Soy Fran, y quiero ser tu novio; cerda, me dijo mientras escupía en mi cabeza…¿qué me respondes?-Que si- le dije justo antes de que me agarrara el cuello con una de sus enormes manos, aprisionándolo y ahogándome fuerte como signo de superioridad y aviso de que ese tipo era muy peligroso.Con la misma mano apretando fuerte me irgió y estrelló mis labios contra los suyos, mientras su lengua entraba en mi boca sin pedir permiso, salvajemente también.Justo antes de perder el conocimiento por axfisia soltó mi cuello dejándome caer al suelo dándome un golpe contra la taza en la cabeza, a poco de desnucarme, mietras se sacaba la polla.En esos momentos apareció el funcionario que me custodiaba detrás.

-No tan deprisa Fran, no quiero que me carguen el muerto de esta putilla nueva todavía -dijo en voz alta sacando la porra-._Pero jefe, si no he hecho nada.

-Ya se que te la quieres tirar, pero he escuchado el golpe desde fuera y conozco tus “metodos”, ándate con ojo, ¿no ves que le sangra la cabeza? se acabó la fiesta por hoy…

-¡Joder!-dijo el salvaje metiéndose la polla en la bragueta muy enfadado.Me levanté medio aturdida después de aquel golpe tan fuerte y al pasar mi mano por la cabeza me sangraba bastante, sangre en el suelo. El funcionario me ayudó y conforme me lavantaba…

-Nena, que golpe te has dado, no se como te puedes haber escurrido, ¿lo comprendes no? me dijo en tono exortativo mientras me llevaba fuera de los baños.
-No se preocupe, se perfectamente lo que tengo que hacer.-Sabía que nos entenderías -dijo besándome la boca con fuerza, metiendo la lengua a la vez mientras me agarraba fuerte, casi como el salvaje.Lo vamos a pasar muy bien contigo jajajaja, dijo.Su comportamiento se volvió normal cuando cruzamos la puerta de lso baños en dirección a la planta de abajo, a la enfermería.Al llegar a ella, un hombre alto y delgado, de unos 50, el enfermero, se puso a hablar con el funcionario, dejándome a mi sentada en una camilla en la sala de curas. Escuché como el funcionario le contaba una historia que, además de justificar el golpe, le ensalzaba como mi salvador.

Allí me cosieron unos puntos en la cabeza, atrás y me limpiaron, me proporcionaron ropa nueva, ya que la mía estaba llena de sangre y me subieron a la celda.En la celda ya no estaba sola. En la parte de arriba un hombre leyendo una revista, según miré de reojo.Entré, le dije hola, a lo que el ni contestó, y me recosté en la cama. Estaba cansada. Me dormí.Al rato me desperté a baber agua, encendiendo una pequeña luz adosada a la pared que hacía las veces de velador y me encontré a mis pies una revista que yo no había dejado.

Dejé el vaso en la mesa y justo entonces bajó mi compañero a mi cama y se sentó. Estaba desnudo. Era un chico de unos 28, estatura media (1.75) y muy delgado, la tez blanquecina tirando a amarillenta. De cara alargada y pelo rapado, la piel de los pómulos muy picada de haber sufrido acné severo, poco pelo en el cuerpo, pero no imberbe, sólo en los genitales abundante y algo en el culo y piernas.Enormes manos y pies llamaban al atención (gastaría por lo menos una 46 de zapato).Su cara no asustaba, pero dicen que las apariencias engañan…

-Hola amiguito. Me llamo Prince y no podía dormir, así que, me dije si te apetecía ver conmigo esta revista…
-Hola Prince, perdona por no haberme presentado…
-Tranquilo, no me des explicaciones…-no me dejó hablar mientras me sentaba en la cama, colocándome uno de sus brazos por encima.Hay algo que me llamaba la atención de ese chico. Sus brazos, estaban llenos de cicatrices, muy profundas algunas, como de haberse intentado suicidar y algo mucho más inquietante: Su pene, era muy extraño, a pesar de parecer de gran tamaño, aun flácido, tenía agujeros, o cicatrices de agujeros, la verdad es que con esa luz no alcanzaba a ver, en todo lo largo.Pero yo no titubeaba por nada y le pregunte:

-Prince, ¿ese es tu verdadero nombre?Su cara que hace un momento era jovial y de amistad, se frunció de repente marcando unas facciones bastante desafiantes…
-¿Acaso lo dudas?
-No no, tranquilo.
-Ya no me apetece seguir hablando contigo, ¡estúpido! -dijo escupiéndome a la cara y subiéndose rápidamente a la litera.Tampoco me preocupé mucho. Me quedé dormida y así amaneció el nuevo día.

Después de varios días de mi ingreso en la cárcel, tras el incidente del baño y la reciente entrada de mi extraño compañero de celda, todo transcurría normalmente. El chico este apenas hablaba en las primeras horas de convivencia, salvo para pedir que le acercara algo. Pero esa tarde, tras la llegada del comedor, mirando yo por la ventana las nubes negras que se avecinaban, el chico me agarró por detrás.
-¿Qué haces? -dije extrañada-
–Naaa, que tas muy buenorra…oye, ¿tu eres travesti o qué? porque yo me he fijado y tienes polla todavía…
-¿Pero qué dices? no, me la corto ni en broma, ¿sabes lo que se disfruta?
-Pues deberías, cabrona….Esas palabras sonaron extrañas, ese tío era muy raro, a la vez que no dejaba de apretarme….
-Oye, espera….me aprietas fuerte.
-Ahá….-Mira, puedo darte mucho gusto si me dejas…
-Mmmm, me gustaría que tuvieras coño puta…-decía excitándose y apretando más…
-No es necesario guapo, deja que te enseñe…Al decir eso me tiró al colchón de la litera, mientras se desnudaba. Se acostó al lado mío y empezó a besarme fuerte mietras notaba el bulto de su polla endurecerse desnudo contra mi.
-¿Sabes? eso que dije del coño era broma. Me gustan los hombres, se la he chupado a casi todos aquí. Ahora, cerda, me muero por un sorbete de leche con meados bien cargados de alguno de los de abajo mmmm, los duros…

-¿Los duros?-Sí los duros, los peligrosos, te tratan como una cerda y te hacen de todo…a ti tu novio te tiene preparada una fiesta de …bienvenida….
-¿Queee? -dije asustada-
–Siii, el amante del funcionario gordo ese que nos vigila…le sacan clandestinamente porque en realidad debería estar incomunicado. Pero el manda mucho aquí, trapichea con todos, con droga, tabaco y alimentos, ropa, de todo y los funcionarios lo saben y le apoyan, vive como un rey ahí abajo. Se rumorea que tiene hasta spa y tv de plasma para el solo en la celda..

.-Que hijo de p…. el que me estrelló en los baños y por poco me mata…-Ahh, que ya le conoces…entonces han ido a ver la carne.
-¿Cómo?-Para ellos sólo somos carne. Te llevarán a su club…
-¿Qué dices? ¿qué club?…-estaba aterrorizada-…
-No soy un solplón, ya te enteraras, pero si te han probado ya es que falta pocoooo, jajajajajaj….Mientras decía eso reía de una forma que no era normal, como los locos, desencajando la mandíbula y con las órbitas de los ojos perdidas….

-Me tienes cagada de miedo, ¡cuéntame!

-No te asustes, sobrevivirás nena, ahora a follar guapa…Se levantó del camastro de rodillos junto a mi, tocándose su polla flácida de la que empezó a salir un chorro abundante de pis directo a mi cara.
-¿Qué haces?-Jajajaj, chupa mi guarra, que te gusta mi lluvia dorada…
-¡Estás empapando mi cama!
-Oye puta -me agarró del cuello de repente muy cabreado- estoy marcándote a ti y a tu cama perra; eres de mi propiedad ¿está claro? además, seguro que te gusta dormir con mi aroma siiii.Mientras decía eso se masturbaba luego de orinarme a mi y a mi cama. Eyaculó rápidamente bastante lefaen mi almohada, restregando su capullo en la sábana, para dejarla bien sucia.

Al final mi compañero de celda y yo nos hicimos amantes.Cuando el funcionario cerraba la puerta de noche para dormir, el chico bajaba a mi litera y nos comíamos la boca salvajemente, preludio de las enormes mamadas mutuas y las buenas embestidas que me arreaba en mi xoxa anal el nene antes de vaciarse todo en mi boca, que, como todo el que me conoce, sabe que me gusta.Mi compañero estaba un poco loco, y a veces le gustaba fantasear con vejarme y maltratarme fuerte antes de follar, cosa que a mi me gustaba, pues tampoco podía propasarse ya que las marcas se verían ante los funcionarios. Le gustaba despertarme a media noche con un buen bofetón o metiéndome directamente su polla en al boca mientras dormía; su polla, grande y venosa, aunque llena de cicatrices profundas de todo tipo, de las torturas que sufió de más joven en su barrio marginal, según me contó un día, después de follar.

Pero, pasados unos días, y como preso de más tiempo que yo, me contó algo que me hizo casi cagarme en las bragas:

-Puta mía, no creo que te quede mucho tiempo junto a mi.-¿Y eso?
-Tu novio aquí te reclama. Lo escuché ayer. Debes estar preparada. Te llevarán abajo, a mi me lo hicieron. Solo que al gordo no le gusté, no sé que fue peor, me han contado de todo…
-¿El gordo asqueroso que me tiró en el baño?
-Seguramente, ese tío manda aquí más que los funcionarios. Trapichea con todo, recibe favores y los da, ajustes de cuentas. No te conviene ponerte tonta, a alguna putita como tu la han sacado por la lavandería con los pies pa alante…

Aquello me dio que pensar, ya imaginaba que aquella vida tranquilla allí sólo era un espejismo, el trasfondo debía ser mucho peor, con tanto preso, drogas y otras cosas…Pasaron tres días desde aquella conversación, cuando a media tarde vino el gordo funcionario a buscarme. Serían sobre las 7, ya de noche. Me hiceron bajar tres niveles, uno de ellos por escaleras sucias que no se frecuentaban oficialmente, dado el estado de abandono. Al fondo, tras una puerta metálica gruesa y oxidada, una habitación enorme y fría, alumbrada por una ténue bombilla en el techo. A los lados, una especie de sillones cubiertos por sábanas blancas con el sello del lugar.

Con un seco siéntate el funcionario me ordenó quedarme en uno de los sillones y se marchó por aquella misma puerta, cerrando con llave.
Me levanté temorosa a observar dónde me encontraba. Las paredes cubiertas de humedad y el ligero pero penetrante olor a cloaca me hacían imaginar que estaba en un sótano. Los sillones y una mesa sucia de madera grande al fondo. Un armario de critales casi blancos del tiempo y la suciedad que tenían. Me acerqué a ver que había dentro sin abrirlo, pues estaba cerrado con candado. Justo en ese momento escuché ruidos con lo que me senté corriendo en el mismo sillón.

AL abrirse la puerta, varias personas entraron, incluído el funcionario conocido. También estaba el gordo salvaje y desfilaban bastantes mas. Todos, además con esa luz, tenían una pinta horrorosa, las peores que haya visto nunca.

Me miraban con mirada lasciva y obscena, debían ser como 12 o 15, se reían mirándome con la boca mellada la mayoría.
El gordo salvaje, Fran desde ahora, fue hasta el armario, al fondo y lo abrió. Traía unas correas en la mano con hebillas y otros artilugios.

-Desnudate nena -me espetó secamente-

Recordé las palabras de mi amante en la celda “no te conviene ponerte tonta”…
Tras desnudarme Fran me colocó un arnés que me tapaba la vista atado al cuello, otros artulugios que entraban en mi boca,, a modo de embudo, de cuero y metal y que se enganchaban en mi cara. Grilletes anulando mis manos y pies y otro arnesque cubría mi trasero y pollita con una abertura central a cada lado…

Se escuchó una palmada y un monton de sonidos y respiraciones de acercaron a mi. Ahora decenas de manos me tocaban toda. Una se metío en la raja de mi culo hasta el esfínter sin detenerse, empujando hasta penetrar mi vagina anal.

Los hediondos alientos cruzaban mi cara, con sus lenguas pútridas lamiéndome la cara, cuerpo, algunas se desplazaban hasta mi ano. En unos minutos sentí como una polla penetraba mi ano. El olor inconfundible de otra rondaba mi naríz y tras unas risas (nadie hablaba) empecé a notar que alguien orinaba en el embudo de mi boca, corriendo el pestilente líquido directo a mi estómago, sin poder moverme. A paritr de ahí las penetraciones se sucedieron. los gritos de placer de esa gente crecían mientras dos pollas se hundían en mi xoxo anal y otras dos lo hacían en el bucal.

-Ah, ah. Notaba eyaculaciones por todas partes. Por mi boca, cara, cuerpo, dentro del ano bien profundo…El semen se acumilaba brutalmente en todos mis orificios, me sentía tan llena como nunca por todas partes y no cesaban los ríos de leche. Mi estómago a explotar de litros de esperma y mis tripas igual. Creo que después entraron más a la habitación. Durante horas recibía semen por todas partes. Estaba hinchada. No sé cuántos hombres habría depositado su sucia pero jugosa semilla en mi…tal vez 30 ó 50…increíble…

Me sentí de repente mareada y con gans de vomitar ante ese aluvión de lefa. En ese momento me quitaron todos los arneses y correas de cuero del cuerpo. Delante de mi Fran, desnudo, se llevó el cuero al armario y vino con un látigo masturbándose con la polla dura. En la mano llevaba otra cosa.
-No quiero que pase lo que la otra vez, le susurró a uno.

Me abrió de piernas y se agachó. Noté un pinchazo fuerte entre mi ano y genitales. De repente todo se volvió blanco, alucinaba, veía cosas extrañas, gritos, pero no podía hablar…

En la mesa desvencijada Fran me follaba el ano con su gruesa polla venosa, bombeando salvajemente mi esfinter que salía y entraba al vaivén brutal de esa bestia, a la vez que sacudía brutales latigazos con la fusta acabada en espinas de acero duro, qeu desgarraban y sangraban mis piernas, gotenado el líquido rojo mesa abajo. Sacó su polla del ano y con cara de loco hundió la punta del látigo entre las carnes de mis glúteos, acertando a desgarrarme mi xoxa, tirando salvajemente hasta estrellarme en el suelo. El sádico me folló después m pobre xoxa anal desgarrada con más fuerza aún hasta que de varios gemidos que otrnaban el lugar eyaculó fuerte y bien dentro de mi ano.

Yo sólo veía luces de colores y no me enteraba de nada, aunque no estaba dormida.

Tal vez a los dos días cuando pude verme no lo noté. Pero más tarde y para toda la vida ese novio carcelario dejó mi coño marcado, muy marcado como un perra….